Este POMELO nace gracias a las siguientes cuatro ideas que han estado rondando por mi mente esta semana. He estado reflexionando mucho sobre ellas y he intentado ir enlazándolas y explicando qué significan para mi.
Idea 1:
“Que si estoy en esto es pa romper
Y si me rompo con esto, pues me romperé
¿Y qué?
Solo hay riesgo si hay algo que perder”
Idea 2:
“Be careful telling people about your goals. It releases dopamine similar to achieving them. Skip the instant gratification. Go quiet and build”
Idea 3:
“Una buena parte de la agricultura consiste en deshierbar. De hecho, incluso en tu propio jardín, crece más maleza que plantas. Si continuas deshierbando, tendrás un jardín. Si te sientes derrotado, tendrás un terreno con mala hierba.”
Idea 4:
“Qué pena cuando quieres algo pero Dios tiene otros planes pa ti”
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Cuando no sigues un camino establecido tienes que crear tu propio camino y la mayoría de las veces se vuelve complicado porque no tienes un ejemplo claro a quien seguir. Cuando otras personas van por delante tuyo apartando la hierba para que detrás pases tú, todo es más fácil. En cambio cuando decides alejarte de “lo normal” y lo preestablecido, es obligatorio creer en ti mismo y en lo que sientes porque sino el camino que ya era difícil, se vuelve imposible. No puedes andar tres pasos, luego pararte y preguntarte si vas bien. Tienes que centrarte en la meta y tirar hacia ella contra viento y marea.
En mi caso, dejé la universidad y me mudé de la ciudad donde estaba bien y cómoda en busca de algo distinto. Lo encontré en Barcelona, estuve 10 meses y ahora estoy siguiendo mi instinto hacia “lo siguiente”. Me he vuelto a mudar de ciudad, esta vez al extremo opuesto, naturaleza y monte. Me han dicho varias personas que piensan que estoy un poco loca y que no lo entienden pero esas opiniones no puede calar dentro de mi y hacerme dudar porque sino abandonaré la carrera antes de tiempo. Como dice Rosalía, solo hay riesgo si hay algo que perder, y en mi caso, no lo hay. Desde que me alejé del camino preestablecido, solo me han pasado cosas buenas.
Cuando estás arriba y ves que tienes que tirarte al agua, te entran todo tipo de miedos, pero si eres capaz de dar el salto te abres a experiencias nuevas y emociones mágicas. Esto no quiere decir que seguir el camino de otro es malo, para nada es eso, sino que no tiene porque encajar contigo. “El camino” no tiene que ser ir a la universidad, puede ser cualquier cosa que otra persona te haya dicho que deberías de hacer. Quizás tus abuelos y tus padres son médicos entonces dan por hecho que tú también deberías de ser médico. Podría ser que toda tu familia desde hace tres generaciones vive en Madrid y se da por hecho que tú también vivirás toda tu vida en Madrid junto a ellos. Podría ser que cuando termines la carrera tengas que hacer un máster porque es lo que “todo el mundo” hace. Podría ser que te saques el carné a los 18 años recién cumplidos porque lo necesitas para tener más independencia… Puede ser cualquier cosa, pero no tienes que hacerlo si no quieres. Tu vida es tuya, y eso mola mucho, pero también es una peso grande que tu vida sea tuya porque significa que tienes 100% de la responsabilidad para decidir lo que quieres hacer, cuándo y cómo.
Si me rompo con esto pues me romperé, nadie me ha dicho que me vaya a vivir al campo y nadie me ha asegurado que vaya a salir bien mi plan, pero si no lo pruebo nunca lo sabré. Si nadie más cree en mi lo haré sola y si tengo que romperme hasta conseguirlo, lo haré también.
Antes hubiera contado todos mis planes antes de ponerme a pensar en el primer paso por la ilusión, pero POMELO me ha enseñado que lo que vale es trabajar sin contarlo. Simplemente currar día y noche, ser constante, ser optimista, no esperar nada a cambio y no tener expectativas. Simplemente, que luego no es tan simple, hacerte caso y andar con baby steps. Trabajar en silencio no significa mantener todo en secreto hasta que esté el producto final para enseñar, significa concentrarte en lo tuyo sin buscar validación externa que hoy en día es muy jodido de hacer. Vivimos acostumbrados a compartirlo todo: fotos de tu café, de tu casa, de tu pareja, de tu excursión, tus notas de examen, tus noches de fiesta, tus mañanas de resaca, tus comidas familiares, pantallazos de tus conversaciones… lo compartimos todo y esperamos de vuelta me gustas en la publicación que hemos subido, esperamos que personas concretas nos contesten a las historias, que nuestro grupo de amigos comente en la publicación como muestra de apoyo para que nuestro cerebro pueda quedar satisfecho porque otras personas están validando nuestro contenido y nuestra bioquímica lo convierte en dopamina para que estemos satisfechos con nuestro trabajo. Mis planes no son secretos, quiero escribir una novela, pero no quiero engañarme contándolo con pelos y señales para que la gente me baile el agua. Mis oídos van a escuchar los piropos, mi cerebro va a pensar que qué genial lo hago todo y la novela no va a ser escrita. Cuando llegue el momento, seguramente tenga que entrar en “novela mood” y desaparecer de @ejjjjjjhd para no dejar que el mundo externo me influya.
El libro que estoy leyendo en este momento para mi salud mental se llama Karma; Sadhguru. He mencionado más de una vez a través de mis POMELO que, para mi, una de las cosas que más me ayuda para mantener mi psique estable y en un buen lugar es a través de libros. Me encanta perderme entre novelas y personajes ficticios pero también me gusta regar las flores que tengo dentro de mi jardín mental para no spiral out of control (descontrolarme). Además de aprender que la idea del karma occidental es un malentendido y una simplificación de una idea muy compleja a la vez de liberadora, me gustó mucho esa cita de tener que deshierbar. Los pensamientos negativos se pueden imaginar como malas hierbas que crecen sin control por todos lados si el jardín está sin cuidar y una gran parte de tener tu mente bien se debe a saber deshierbar efectivamente según el estado de tu propio jardín. El suelo de mi jardín permite que las malas hierbas crezcan muy rápidamente y hay periodos en los que no quiero ensuciarme las manos ni las botas quitando malas hierbas. Pero cuando soy capaz de entender que las malas hierbas salen en un abrir y cerrar de ojos, también aprendo que las flores pueden crecer si les damos el cariño necesario. Si te paseas por el jardín a diario con la regadera y los guantes, puedes regar las flores y deshierbar a la vez. Pero si te olvidas del jardín, las flores se morirán y las malas hierbas crecerán aún más rápido. Ojalá fuera al revés.
La última idea que ha estado rondando por mi cabeza últimamente es que si fluyo, sufro menos. Si me dejo llevar sin intentar controlar cada cosa que me pasa, me vuelvo más grande y tengo más poder. Solamente puedo controlar qué flores crecen en mi jardín y dónde las pongo, y eso siempre va a ser a mi gusto. Quizás el vecino piense que los tulipanes no los tendría que haber puesto tan cerca de las rosales, pero si fluyo, soy capaz de ver su opinión, analizarla y llegar a una conclusión without feelings attached (sin sentimientos vinculados al pensamiento).
Es difícil aprender a soltar las riendas y asumir que a diario van a ocurrir mil cosas que están fuera de tu control, pero se puede conseguir y os animo a intentarlo.
Love, Em.