Nos vamos de Barcelona definitivamente.
Creo que todo pasa por algo y nos tuvimos que mudar a esta ciudad para crecer y aprender lecciones nuevas. He crecido muchísimo aquí y he creado cosas desde cero, yo solita, de las que estoy muy orgullosa. He conocido a personas y he dejado ir a otras. He sufrido y he sido muy feliz.
Quisimos probar vivir en una ciudad grande para estar abiertos a vivir nuevas experiencias y lanzarnos a tantas piscinas como pudiéramos. La realidad es que no hay tantas piscinas al descubierto como te hacen creer cuando estás viviendo en un pueblo o en una ciudad más pequeña. Aquí puede que haya más oportunidades y más personas, pero el precio que hay que pagar para beneficiarte de esas cosas es alto. En 9 meses que llevo viviendo aquí, he visto el atardecer dos veces y solo conseguí verlo porque fui hasta un mirador que estaba por encima de los bloques y edificios.
En 9 meses he conseguido cosas que no creía que podrían ser posibles. No sabía que esta versión de mi misma podría existir. He dejado atrás la ansiedad, la timidez, la Emily complaciente, la callada, y he podido crecer y convertirme en lo que siempre había deseado. El agua de Barcelona no está dotada de magia que te hace cambiar, he tenido que trabajar y exponerme mucho. He ido rompiendo barrera tras barrera, una a una. Cuando rompes una, la siguiente no da tanto miedo.
Los libros me han ayudado mucho, el apoyo de mi churri me ha mantenido en pie siempre pero, lo que más me ha ayudado es simplemente fluir haciéndole caso a mi intuición. La gran mayoría de las veces no sabía porque quería hacer las cosas sino que sentía que eran decisiones correctas, y no me equivocaba. Cuando he hecho las cosas sin expectativas, sin buscarle los porqués, todo ha salido bien y sin dificultades.
Nos mudamos a Barcelona con muchas expectativas, y por suerte o por desgracia, la mayoría no se han cumplido pero así también se puede aprender. Cuando no he buscado, he encontrado oro y esas son las cosas que me llevo en el corazón.
Gracias por enseñarme que hay que vivir sin expectativas, que no hay nada de malo en cerrar algunos libros, que no todas las cafeterías de especialidad hacen café con amor, que la naturaleza y el sol pueden aportarte más que un piso de 1.000 euros, que la amistad no tiene límites ni edad, que las casualidades pueden ocurrir cualquier día y en cualquier momento, y sobre todo, hay que saber cuándo es hora de irse con el corazón lleno.
Nos vemos en el otro lado, gracias por estar aquí ✨
new beginnings!! ☀️🍃👏🏻