Me conmueve mucho escribir este texto, me imagino dando un discurso en la fiesta de cumpleaños de POMELO delante de todos vosotros con una sonrisa enorme, pero sin palabras. No me quedo sin nada que decir porque no sepa que deciros, sino porque siento y pienso tantas cosas que no sé por dónde empezar ni cuándo callarme una vez que empiece.
Si llevas un tiempo leyendo lo que escribo, sabrás que doy las gracias mucho y que la gratitud es algo muy importante para mí. Si no lo sabías, ahora sí: creo que dar las gracias por las cosas que nos ocurren es importante porque nos hace pararnos en el presente, a absorber el momento y a interiorizarlo. Vivimos todo muy rápidamente y superficialmente hoy en día y la vida ocurre sin que nos demos cuenta, pero si nos paramos a pensar “me siento agradecida por X” pasamos un poco de tiempo con ello y lo sentimos ardiendo en el pecho.
Hoy mientras escribo el post que representa UN AÑO de esta newsletter siento un mariposario en la tripa, un nudo en la garganta, una sonrisa que no se me va a borrar hasta la semana que viene y también siento que tengo mucha suerte. Gracias a escribir POMELO he conectado con personas que a día de hoy son mis amigas (que se dice pronto), he encontrado mentores que me ayudan a quitar piedras de mi camino, he crecido como persona, he compartido lo que tenía en el corazón y en la mente, he hecho ropa y hay personas que la visten (sigo flipando). He creado algo yo sola desde cero a base de trabajo y constancia, sobre todo eso, constancia. Cada semana sentarme a escribir y a bucear en mi interior a ver qué necesitaba sacar o qué brillaba un poco más de la cuenta para hacerle caso y transformarlo en un texto.
He recibido mensajes de lectores diciendo que lo que había escrito esa semana les había ayudado y que se sentían igual o parecido, he visto que personas han compartido mi texto con otras personas y que algunas se han suscrito, he visto que personas que me leen se han sentido inspiradas y motivadas a crear su propio newsletter, he visto con mis propios ojos que esto que hago además de servirme a mi, está yendo más allá y eso no tengo ni idea de cómo representarlo con palabras.
POMELO ha sido mi terapeuta durante este año, ha sido mi vida social, ha sido mi profesora, ha sido mi inspiración… ha sido muchas cosas y le pido a la vida poder seguir un año más.
Doce meses más de crecimiento y de escribir.
Cincuenta y cuatro semanas más de esto.
Además de estar profundamente agradecida por todas las personas que hacéis que mis textos vivan una vez publicados, me siento muy orgullosa de mi misma por haber conseguido escribir un texto cada semana durante un año sin parar. Creo (estoy casi casi casi, al 97.99999% segura) de que escribir es la razón por la que estoy aquí y voy a hacer todo lo posible para poder seguir haciéndolo, creciendo y mejorando. Pocas cosas me salen tan fácil y con tanto que amor como escribir entonces será una señal, digo yo.
Me gustaría enlazar esta idea con algo.
[idea 2]
“A veces solo necesitamos que alguien nos diga: sigue”
Nosotros mismos nos llenamos el camino de piedras y nos complicamos la vida más de lo necesario casi automáticamente, entonces cuando llega alguien que te dice que vas bien y que sigas, te coge por sorpresa.
Si conoces a alguien que está haciendo algo (un proyecto, un curso, un hobby nuevo…) dile que siga y dale ánimos. Da igual si se equivocan, si no sale como se esperaban, si cambian a mitad de camino, si la cagan, si sale genial… simplemente dale ánimos para seguir con eso que les llena de ilusión.
Sin que tú lo sepas, seguramente ya se hayan puesto cinco piedras en el camino, no le pongas tu otro.
— Gracias a todas aquellas personas que me dijisteis “sigue”
Sigue sigue sigue sigue sigueeeeeeeee ❤️🩹🛐
gracias Emily! nada como un café y un POMELO cada lunes, sin importar lo bien o mal que esté empezando la semana, de ahí va a mejor segurísimo. 💙🙇🏻♂️