Estoy en una época de mi vida en la que, una vez más, siento que tengo que cambiar cosas. Sé que habrá personas quienes crean que en seis meses no he parado de hablar del cambio pero, a mi personalmente, me gusta ser transparente con que las personas podemos cambiar todo lo que queramos y necesitemos.
Solemos pensar que cambiar es malo, pero qué sentido tiene vivir rodeado de cambios en la naturaleza, y no ver natural que nosotros, los seres humanos, también cambiemos. El hombre se supone que antes era una especie muy distinta y que ha sufrido muchas evoluciones, pero aún sabiendo eso, no vemos normal cambiar.
Cuando sientas que necesitas un cambio en tu vida, no luches en contra de ese sentimiento porque nunca sabes hacia donde te puede llevar. No te obligues a vivir estancado o parado en lo mismo de siempre por no querer cambiar. No hablo de recomendaciones o sugerencias que vengan de terceras personas de lo que deberíamos de hacer, sino de sentimientos que proceden del interior de ti. A todos nos ha pasado alguna vez que de repente sentimos un deseo enorme de ir a la peluquería a cortarnos el pelo o de reorganizar todos los muebles de la habitación, porque sientes que te has cansado y necesitas verlo, y verte, de forma distinta. Estos cambios son sanos y significan que estás creciendo y expandiéndote como persona, que necesitas nuevos estímulos para poder seguir avanzando, y eso es muy guay.
También podrías sentir que ya no encajas con tus amigos de toda la vida y que necesitas alejarte de ellos para conectar con personas nuevas, o que la ciudad donde llevas X tiempo súper feliz, ya no te hace sentir bien. Puede que decidas que ya no quieres ponerte un conjunto de ropa distinto cada día y que a partir de ahora, vas a vestir todos los días con tu vaquero favorito para no perder tiempo, y eso también está genial. Cualquier tipo de cambio es válido y bienvenido.
Cambiar está genial y recibámoslo con los brazos abiertos y sin expectativas. No sabemos qué nos espera en el futuro porque existen infinitas posibilidades pero quién sabe, podrían ocurrir tantas cosas tan maravillosas. Pero, nunca lo sabremos si decidimos cerrarle el paso al cambio.
Las personas que te digan que la estabilidad y la seguridad es lo más importante están olvidando que quizás eso no sea lo mejor para ti. A mi tener el mismo contrato de trabajo de por vida, vivir en la misma ciudad hasta que me muera o buscar cosas que me duren “para siempre”, me provoca más ansiedad que tranquilidad. No es ni mejor ni peor, son cosas distintas. Pero por eso, es importante recordar que la única persona que sabe lo que necesitas, eres tú.
Si te deprime ir a la univeridad porqué te equivocaste de carrera, puedes cambiar. Si la ciudad donde vives te amarga y te hace sentir mal, existe la posibilidad de embalarlo todo y buscar otra ciudad donde probar.
Nada en esta vida es seguro ni es para siempre, lo único cien por cien seguro es que todos, en algún momento, vamos a morir. Entonces, ¿por qué no buscar y probar otras alternativas que podrían hacernos sentir como las personas más afortunadas y felices del mundo?
Arriésgate, si sale mal, siempre tienes la opción de volver hacia atrás. Pero si no pruebas, nunca lo sabrás.
facts✨