178. Me levanté siendo una perdedora.
Cuando los astros se equivocan: el dilema de ser ganadora y sentirse perdedora.
Si sabes de dónde he sacado esta imagen, tienes la misma guilty pleasure que yo. O quizás sea mejor decir que tienes la misma obsesión que yo. La obsesión de saber que los días malos están justificados por los astros. Saber que si cargo la página y encuentro mi signo en uno de los dos tonos más oscuros de azul, es que es normal que todo me esté yendo mal. Es normal que la mantequilla se me haya caído esta mañana al suelo. Es normal esta ansiedad que tengo en el pecho ahogándome poco a poco. Es normal. Tranquilízate que te estoy diciendo que es normal.
Pero por lo que veo, no es normal. Me siento decepcionada y defraudada. Sobre todo, engañada. Estoy en el puesto número uno, pero déjame decirte que hoy mi día no ha sido de ganadora ni de estrella. Esperaba encontrarme en el puesto siete u ocho y así poder reafirmar que es que es todo culpa de los astros, pero voy y me encuentro en el número uno. Toma ya. Ahora qué? Si lo hubiera mirado ayer, todo hubiera tenido sentido. Ayer era una ganadora y yo misma me paseaba por la casa con la medalla de oro colgada. Mi medalla de oro tenía aspecto de un par de vaqueros que me aprietan -lo justo- al sentarme, pero que me hacen buen culo, con mi mejor camiseta blanca básica, mi sudadera gris favorita y un chaleco verde de punto por encima. Lo llaman layering en inglés, yo lo llamo; ponerme todas las capas que pueda y mezclar prendas de ropa que no pegan, justificándolo como winter fashion. Y layering también, claro.
Ayer tuve un día magnífico de ganadora. Me desperté con el sonido de los pájaros en el jardín, fregué los cuatro platos de la noche anterior, me lavé los dientes y salí al jardín a escribir en mi cuaderno; o debería llamarlo journal? Como no tenía prisa y estaba teniendo un día magnífico de ganadora, escribí cuatro páginas con buena letra y sin agarrar el bolígrafo hasta quedarme con los dedos agarrotados. Escribí y escribí y escribí. Y mientras escribía, sentía el sol en la cara, pero no el calor porque calor no había. El sol invernal no da calor por mucho que estés teniendo un día infernal, pero te devuelve un poco las ganas de vivir cuando estás teniendo un día de perdedora. Pero yo ayer era ganadora y eso es lo que importa ahora. Los pájaros me hacían sentir como un ser espiritual, el sol me conectaba con mi ser superior y mis palabras sobre el papel reforzaban mi pensamiento de qué bonita es la vida.
Pero hoy soy una perdedora. Soy una ganadora viviendo la vida de una perdedora. Entonces soy una ganadora o una perdedora? Quizás sea ambas, no lo sé. Si fuese ganadora de verdad sabría decírtelo, pero hoy no sé nada. No sé por qué los mismos pájaros no me hacen sentir nada, no sé por qué el sol hoy me ha dado pereza, no sé por qué no soy capaz de escribir hoy sin agarrar el boli y cortar la circulación de mis dedos. Se están poniendo azules. Solo sé que me siento como una perdedora y que el ranking azul me ha engañado.
Como no me puedo fiar de esta lista enviada por los astros, quizás la aplicación del ciclo menstrual me ayude más. Quizás ahí encuentre la respuesta de por qué me siento como una perdedora.
Otra lista más que me abandona, que me decepciona, que me engaña. Siento que es como esa amiga que te dice que estás exagerando y que no es para tanto. Perdona?
“Feelings of calmness and relaxation”? Pero no te he dicho que tengo una bola de ansiedad en el pecho que no me deja respirar? Es que no lo entendéis? Parece que there’s no need to explain. Pero sigo pensando que no lo entendéis y que necesitáis que os lo explique.
Parece que Co-Star se ha puesto de acuerdo con Esperanza Gracia. Quizás hablen con los mismos astros y reciban información de los mismos archivos espaciales. Estoy jodida. ¿Cómo que 🌱 en absolutamente todos las categorías? Cada vez que abro esta app me pone “trouble with”, con algún emoticono en rojo para resaltar que, de verdad, la cosa va mal. Nunca veo el “power in” con un emoticono verde dándome luz verde de go, go, go! pero hoy se han puesto de acuerdo. Hoy han decidido coronarme como ganadora y no sé cómo quitarme esta ansiedad del pecho. Mi terapeuta que ya no es mi terapeuta porque ya no voy a terapia pero quizás debería de volver a terapia porque estoy fatal, me diría que respirase y que utilizase las herramientas que tengo en la mochila, pero es que hoy no llevo la mochila porque hoy me tocó levantarme ganadora y las ganadoras no llevan mochila. Pero no soy ganadora, entienden?
El día estaba planeado para que yo me levantara como ayer: con una conexión espiritual, conectada con el universo mientras fregaba los platos dándole las gracias a la virgen milagrosa que tengo colgada del cuello por la vida tan maravillosa que tengo, mientras miro por la ventana y veo árboles. Sólo árboles. Pero me levanté siendo una perdedora y nadie tiene respuestas para darme.
Me voy a desinstalar cada una de estas apps del móvil y cerrar la pestaña de Esperanza Gracia del buscador mientras me hago una pizza congelada de “pizzería italiana auténtica” con jamón y cuatro trozos de champiñón mientras me veo una película comiéndome mi pizza-cartón. Así lo hacen las perdedoras, y hoy soy una perdedora. Mañana volveré a ser una ganadora.
grande la espe que nunca acierta con los libra ni nos suelta el brazo
Me ha encantado leer esto :)